El accidentado camino a San Juan Copala

x carolina

Seis autobuses, varios coches y camionetas, y un trailer repleto de 35 toneladas de víveres salieron del Zócalo de la Ciudad de México, rumbo al Municipio Autónomo de San Juan Copala, Oaxaca, a las 9:20 de la noche del lunes, 7 de junio. La Caravana llevaba el nombre “Beti Cariño y Jyri Jaakkola” en honor de una fuerte y querida defensora de derechos humanos que trabajaba incansablemente para lograr la unificación del pueblo triqui, y de un compañero finlandés que colaboraba con la organización VOCAL en los proyectos de soberanía alimentaria y cambio climático, muy querido y apreciado por su postura solidaria. Los dos fueron asesinados por el grupo paramilitar UBISORT, dirigido por Rufino Juárez, el 27 de abril de este año por haberse atrevido a participar en una primera caravana humanitaria al mismo Municipio Autónomo. ¿Su motivo? Romper el sitio paramilitar que obliga a 700 familias a vivir sin luz, agua, escuela, atención médica y con muy poca comida desde el pasado 27 de noviembre.

De nuevo, la expectativa de la segunda caravana es romper el cerco. Entrar en el Municipio Autónomo para entregar las toneladas de acopio, realizar un programa informativo sobre la experiencia del auto-gobierno de esta digna comunidad triqui y tomar testimonios sobre las violaciones de derechos humanos en un municipio donde cada día hay riesgo de ser baleado si sales de tu casa. Un municipio donde decenas de personas han sido asesinadas en los últimos meses, incluso el pasado 20 de mayo cuando un comando de gente descrita como “no-indígena” acribilló a Tleriberta Castro Aguilar y su esposo Timoteo Alejandro Ramírez, líder natural e impulsor de la autonomía en San Juan Copala.

Pero diariamente hay asesinatos y actos de violencia en el país. ¿De dónde surge la decisión de unas 350 personas de regresar a la escena de una emboscada, sabiendo que algo parecido podría volver a pasar? Para los habitantes y familiares de San Juan Copala, está claro. Romper el cerco es asunto de vida o muerte. Y también es un asunto primordial para su proyecto de autonomía.

Para varios de nosotros, asqueados de tantos atropellos y tanta impunidad, la emboscada del 27 de abril fue un poco como el ataque contra la flotilla “Libertad para Gaza” –– un momento para decir “esto no puede quedar así”, especialmente cuando unos de los compas más afectados no dudaron en decir “Hay que regresar al territorio con una caravana de derechos humanos más grande”.
http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2010/05/09/sobrevivir-a-la-emboscada/

Una breve encuesta a las y los varios caravaneros revela distintos motivos por su decisión de participar: “Si no voy ¿qué hago con mi coraje? Cómo es posible que balacearon a gente que andaba en plan de paz.” “Son compas. Hay que estar con ellos”. “¿En qué país vivimos cuando hasta los mismos policías tienen que pedirle permiso a Rufino Juárez para entrar en la zona?” “Apoyo lo que están haciendo en San Juan Copala. Lo menos que podemos hacer es llevarles comida”. “Hay que defender la autonomía para acabar con los parásitos de la clase política”. “A acabar con la impunidad”. “A romper el cerco”.

Pero sea cual sea el motivo para meterse en la Caravana, todos y todas están conscientes de los riesgos. Aunque algunos expresan la esperanza de que el fuerte apoyo internacional pueda presionar a Ulises Ruiz a controlar sus perros, todos saben que cualquiera de nosotros puede morir en San Juan Copala.

La conferencia de prensa previamente anunciada no ocurre, por lo menos no con las personas apropiadas, es decir con los organizadores de la Caravana. La mayoría de los medios muestran su clara preferencia para escuchar los discursos de Alejandro Encinas y los diputados del PRD, quienes ya han mostrado su intensa preocupación por la situación de San Juan Copala durante mucho tiempo ––por lo menos durante un par de semanas. (Vean: “Legisladores y habitantes de San Juan Copala exigen disolución de grupo paramilitar”,
http://www.jornada.unam.mx/2010/05/21/.) La postura racista de promover al Coordinador del PRD como el líder se mantiene a cada paso de la caravana. (Vean: “Ordena Encinas regreso de la caravana humanitaria”

Sin embargo, muchos de los medios libres y uno u otro proyecto independiente dan la batalla para representar lo que realmente está pasando. Un par de horas antes de la salida de la Caravana, en una entrevista con los medios libres, el vocero Marcos Albino Ortiz agradece el apoyo de los grupos de estudiantes, organizaciones sociales, profesionistas y de un grupo de diputados. Al ser preguntado sobre el excesivo protagonismo de los diputados que hace parecer que ellos mismos están organizando la Caravana, el compañero Marcos responde que ellos “van en solidaridad y no llevan ninguna bandera”, y que la Caravana se organiza “por el pueblo, por la gente que siente en carne propia lo que es vivir en la violencia, cercado por los paramilitares”. Enfatiza que la segura llegada de la Caravana es una alta prioridad y dice: “Vamos a estar pendientes de su avance para ver qué condiciones hay, si puede entrar o no puede entrar”. Envía un fuerte abrazo a toda la gente que planean actos de solidaridad para el día 8 en el DF y en varias partes del mundo contra las injusticias cometidas contra la población triqui. Envía un mensaje de agradecimiento a La Otra Campaña por su apoyo a la autonomía desde la izquierda: “No podemos dejar caer la autonomía de San Juan Copala. No podemos caernos de rodilla ante las presiones y las intimidaciones que nos está enviando el gobierno del estado”.

A los 5 autobuses mencionados en la entrevista, se añade otro, éste con poca gente. Apenas salimos de la ciudad, se leen las reglas del viaje y cada persona firma una hoja prometiendo respetar las decisiones tomadas por la Comisión Coordinadora Triqui que conoce más que nadie el terreno y la gente. Luego nos organizamos en brigadas de seis u ocho personas para propósitos de seguridad.

Algunos dormimos un rato antes de llegar a Huajuapan de León a las 6:30 de la mañana, donde apreciamos una Luna creciente en Aries en un cielo con colores de rosa, azul y amarillo que se ponen más intensos con la salida del Sol.

Llegan compañeras y compañeros de la ciudad de Oaxaca, Chiapas, Vera Cruz, Campeche y Guerrero. Y los ánimos suben al recibir saludos de compañeros protestando en Seattle, Portland, Boston, Vancouver, Barcelona, Paris y varias ciudades en Grecia, Italia y Alemania, entre otros lugares.

Mientras salimos en brigadas a desayunar, la comisión coordinadora se reúne durante un buen rato para evaluar los cambios constantes en la situación. Por eso, otra conferencia de prensa se pospone. En vista de la noticia sobre una provocación montada por el candidato priista Eviel Pérez Magaña en Juxtlahuaca para “recibir” a la Caravana, la ruta se modifica para evitar un enfrentamiento directo de este tipo. La protección de las vidas de los participantes sigue siendo de alta importancia para los organizadores. Hay otras indicaciones de peligro que provocan un análisis sobre la cuestión de que si existen las condiciones para el avance de la Caravana o no.

Hay constante monitoreo de la situación en la zona, aunque a veces los informes son fragmentarios, contradictorios y confusos. Este problema se complica más en la transmisión de las noticias de boca en boca. Como sería natural en cualquier situación, hay diferencias de opinión sobre varios aspectos claves. A pesar de la desconfianza generalizada en el PRD debido a su traición a todos los indígenas de México en el 2001, entre otras cosas, hay quienes insisten en que sería imposible avanzar sin su presencia. Otras dudas surgen. ¿Es cierto que Encinas ha pedido la intervención de la policía estatal y federal? ¿Cómo es posible esperar protección de ellos después de su actuación en Oaxaca y Atenco en el 2006? ¿No utilizarán esto como pretexto para ocupar la zona?

A las 10 de la mañana, la comisión concluye su reunión. “¡Vamos a San Juan Copala!” Agarramos las cosas y subimos a los camiones con muchas ganas.

Ahora somos más de 400 personas que avanzamos lentamente en 22 vehículos y nos sentimos muy fuertes. A la 1:08 pm un convoy de 12-15 patrullas de la policía estatal y varios otros vehículos de la AFI y otras agencias policiales bloquean el camino en la entrada a Juxtlahuaca.

Los representantes del Municipio Autónomo exigen a la procuradora estatal María de la Luz Candelaria Chiñas una garantía del paso seguro de la Caravana a San Juan Copala. Pero ella no tiene interés en hablar con ellos. Prefiere hablar con los diputados. Les asegura que varias agencias están trabajando para brindar seguridad. Afirma que la Caravana sólo puede pasar si los líderes muestran todos los documentos de lo integrantes, una condición que es rechazada por ser una violación a la libertad de tránsito.

A la 1:25 pm, la mayoría bajamos de los camiones y empezamos a caminar tranquilamente, eludiendo el convoy policial. Todos estamos muy felices por dejar en claro que no han logrado intimidarnos. Un par de personas piensan que tal vez podemos llegar caminando a Copala, cargando los víveres. Cuando los policías se ven obligados a avanzar, subimos de nuevo a los autobuses y avanzamos hasta Santa Rosa en la región mixteca. De ahora en adelante la mayoría de los caravaneros no recibimos mucha información sobre las negociaciones por cuestiones de seguridad. Muchos de los detalles que siguen solo se saben de informes o de pláticas posteriores.

En Santa Rosa hay más pláticas con la procuradora. En breve, ella le asegura a Alberto Encinas que “hay libre tránsito en Oaxaca” pero que el gobierno es incapaz de garantizarlo.

Dice que hay agentes estatales y de la (supuestamente inexistente ) AFI, SSP, PFP, PGR, ministerios públicos, oficiales de derechos humanos y diputados estatales presentes para brindar seguridad a la Caravana, pero que no hay manera de dar “una garantía al 100% que no vaya a haber problemas”. Y eso ¿por qué? Ahhh, claro, porque el gobierno “no tiene control” sobre esos “violentos triquis” o sobre “los problemas históricos” entre el MULTI, UBISORT y MULT. La procuradora se lava las manos: “El gobierno no es responsable de un acto de provocación entre ellos”.

Candelaria Chiñas tiene varias sugerencias, incluso que la Caravana vaya acompañada por la UBISORT, o que la UBISORT participe en una reunión en Juxtlahuaca, o que la Caravana entrega una parte de su acopio al UBISORT– unas condiciones que obviamente son un insulto al Municipio Autónomo. ¿Y de dónde vienen estas ideas tan originales? Pues, son las demandas del mismo Rufino Juárez, quien ni se ruboriza al dictar los términos del “diálogo”.

El doctor Adrian Ramírez, Presidente de la Liga Mexicana de Derechos Humanos, LIMEDDH, pregunta ¡¿cómo es posible que han citado “una persona señalada en una averiguación previa y que ustedes no sean capaces de controlarlo”!?

Los compañeros Marcos Albino y Omar Esparza repiten las demandas: que las autoridades investiguen los asesinatos de la primera caravana y que “brinden las garantías para que entre nuestra Caravana”.

Otro mensajero de Rufino Juárez, el Presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Heriberto Antonio García, afirma que hay triquis que piden que la Caravana no ingrese. “Rufino Juarez está más adelante con un grupo de personas…. y pensamos que podría haber algún conflicto”. Asegura que “ellos quieren dialogar. Nosotros les hemos exhortado a que le permitan el tránsito de la caravana y que no la obstaculicen…. pero ellos han manifestado de una manera clara y determinante que este momento no es conveniente que ingresen”.

Es decir, la palabra de UBISORT es la ley. ¿El Estado ha creado un monstruo que no puede controlar? o ¿No le conviene controlarlo en este momento?

Al entrar en la región triqui, la naturaleza del operativo policial cambia. Ahora cientos de agentes estatales y federales no sólo andan en camionetas, sino que asumen posiciones a cada 50 o 100 metros encima de los cerros o en otros lugares estratégicos con sus rifles de asalto entrenados sobre la Caravana. ¿Son policías? ¿Militares? ¿Policías militarizados? ¿Militares-policiacas? ¿Paramilitares? ¿Parapoliciales? ¿Cómo saber? Todos se ven iguales y hacen lo mismo.

“Ellos no están aquí para vigilar a la UBISORT”, comentó un compañero. “Su tarea es controlarnos a nosotros”.

De ahora en adelante está estrictamente prohibido bajar del camión. Varios intentamos registrar el operativo desde el autobús.

Hay más pláticas en Agua Fría, una nueva evaluación y una decisión de proceder con cautela. Al llegar al punto Diamante cercana a La Sabana, la policía ofrece llevar a un diputado y, al parecer, un defensor de derechos humanos a averiguar si la UBISORT tiene el camino bloqueado. Averiguan que una fila de paramilitares de la UBISORT respalda una fila de mujeres, niñas y niños de su organización en la entrada de San Juan Copala ––una táctica muy astuta para dar la impresión en la prensa de que la Caravana está en contra de las mujeres, niños y niñas indígenas.

Alrededor de las 5:00 de la tarde, se reporta en los autobuses que “hubo balazos”, que “no hay condiciones de seguridad para proceder” y que “regresaremos a Huajuapan”. Misión abortada. Hay mucha inconformidad con esta decisión entre varios compañeros que sentimos que el desistir ahora es perder una gran oportunidad de entrar en Copala y romper el cerco. Un factor importante para nosotros es el estado de ánimo de la gente dispuesta a entrar a pesar del riesgo. La comisión del Municipio Autónomo considera lo que planteamos, pero reafirma su decisión. No quiere arriesgarse a que una sola persona muera.

En la noche, hay un evento en el Salón Flamingos donde los compañeros Jorge Albino y Omar Esparza reiteran su compromiso para intensificar la presión nacional e internacional para romper el cerco alrededor de San Juan Copala. Dada la complicidad total entre el Estado y los paramilitares, piensan acudir a las instancias internacionales, como la Cruz Roja para lograr la entrega del acopio. En el evento que esto no sea posible, hay una propuesta para que una caravana de mujeres intente romper el cerco de nuevo.

Después del evento hay una marcha y mitin en las calles de Huajuapan, y el próximo día más pláticas y evaluaciones en esta ciudad. También hay una marcha en la ciudad de Oaxaca con presencia de San Juan Copala. El jueves, 9 de junio, la Caravana se recibe en el Zócalo de la Ciudad de México con abrazos, sonrisas, una y otra lágrima y muchas reflexiones sobre cómo navegar el accidentado camino a la autonomía –el camino a San Juan Copala.