Por el Comité Editorial del CML-DF
Estos son días de emergencia nacional. Como Centro de Medios Libres no nos damos abasto con toda la información de las luchas, las resistencias y las autonomías que contra la guerra que camina este país germinan. Mientras la guerra arrecia, estos días una insurgencia civil y pacífica se está articulando nacionalmente tras el llamado del dolor de un poeta por su hijo asesinado, ese dolor ha convocado multitudes que padecen dolores parecidos en todo el país. Años atrás nacieron pequeños movimientos locales contra la violencia, por la paz, contra la impunidad y por la justicia, que han ido creciendo, con constancia y como vía de sobrevivencia.
Al lado de esa insurgencia civil y pacífica que lucha por paz con justicia y dignidad, también un movimiento de medios libres ha ido naciendo con los años contra esa guerra. Con pequeños medios aquí y allá, un fanzine, un periodiquito, una radio comunitaria, una productora de videos, una página web, una radiobocina, un periódico mural, un blogsito, una bloga, una mesa informativa, teatro del oprimido, una lista de correo, etc. Ese movimiento de medios libres en los repuntes de la violencia contrapuntéa y se articula y muchas veces logra elevar los costos políticos de la represión y algunas veces hasta detenerla. Todavía es germen, un día será una milpa y una trenza.
Hay algunos decanos y decanas de ese movimiento de medios libres, añejos luchadores y luchadoras que saben de las armas de la palabra, una de ellas es Kaloparlantes, que desde hace unos años forma parte del comité editorial del Centro de Medios Libres de la Ciudad de México. Kaloparlantes nos ha enseñado con su práctica que hay que estar en el momento preciso de la lucha cotidiana escribiendo los latidos desde adentro del abajo y a la izquierda. Que en el lugar menos pensado hay anidadas resistencias, que a veces por tan humildes no son tan visibles. Que no solo hay que luchar y vivir los diversos momentos de las luchas, sino que hay que narrarlos, para que podamos ser los ojos y los oídos de otros y otras que luchan y que están lejos en todas las direcciones, que entonces también hay que ser narradores y narradoras de las luchas.
Admiramos su documentación precisa, la confrontación de fuentes, la mirada de largo plazo y sus recuentos de datos que la guerra contra la memoria histórica hace que no miremos sino a través de quienes se convirtieron en guardianes y guardianas de las palabras y que recuerdan en colectivo.
Kaloparlantes también nos enseña con su vida sobre la libertad, sobre que el vivir de otra manera puede ser una realidad y no solo un discurso, y sobre que hay que luchar no solo por la propia libertad, sino también por la libertad de otros y otras como los presos políticos en México, en los Estados Unidos, la metrópoli imperial, y en otras partes del mundo. Incluso por presos que llevan tanto tiempo tras las oscuras rejas que pareciera que ya nadie debiera recordar, como Mumia Abul-Jamal y los 9 de MOVE.
Por eso cuando Kaloparlantes documentando su dicho y constrastando fuentes nos dice, que un político del partido oficial que ahora gobierna en el imperio pretende pasar inadvertido en México presentándose aún con nombre y apellido, nos genera enojo y estupefacción, en estos momentos de emergencia y de lucha por la justicia.
Los políticos y los funcionarios corruptos en las décadas recientes hacen pasarela en los medios masivos con su nombre y apellido. A cambio tiene un tiempo en que muchos y muchas de quienes luchamos por la justicia perdimos nuestros nombres y apellidos, nos quedan la voz, los brazos, los sueños y la construcción cotidiana de otro presente y futuro trabajando medios desde abajo y a la izquierda, desde las luchas por un mejor mañana para todos y todas.
Reivindicamos por ello el derecho a usar seudónimos por quienes hacemos la comunicación popular, los medios libres, comunitarios e independientes. La historia de México llena de tantos tiranos y funcionarios sinverguenzas, que van rimbombantes con nombres y apellidos, está también llena de gente que se deshizo de su nombre para poder luchar por la justicia y que para ello usó las artes de las palabras y de la memoria. Consideramos que la insistencia en develar los seudónimos de quienes luchan desde la comunicación, es un acto que pone en peligro la seguridad de quienes desde abajo construyen esa otra comunicación y de los medios libres de los que forman parte.
Sin embargo este anonimato al que la guerra contra la gente nos ha obligado no quiere decir que no tengamos una disciplina para documentar nuestra información desde adentro de las luchas, contrastando nuestras fuentes y generando una narrativa, con otra ética, la de quienes luchan. Trayectorias como la de Kaloparlantes y la de decenas y acaso cientos de miembros del movimiento de medios libres, comunitarios e independientes en México, así como sus colectivos, nos muestran cómo esa disciplina en el trabajo de la comunicación se dá de manera muy específica, y cómo los comunicadores y comunicadoras en lo individual o coalicionados en colectivos y organizaciones de medios libres pueden convertirse en fuentes confiables.
En la víspera de la partida de la Caravana por Paz con Justicia y Dignidad que avanzará desde Cuernavaca, Morelos hasta Ciudad Juárez, Chihuahua, nos solidarizamos con nuestra compañera Kaloparlantes, al mismo tiempo saludamos a la caravana y a todos los movimientos locales que están construyendo un movimiento nacional por paz con justicia y dignidad a lo largo y ancho de México.
Comité Editorial del Centro de Medios Libres de la Ciudad de México
¡Toma los medios, sé los medios, haz los medios!
Ciudad de México
2 de junio de 2011