Después de dos años de un aumento continuo en la resistencia contra la violencia machista en México, las madres de víctimas de feminicidio y desaparición forzada tomaron un paso audaz el 4 de septiembre, al ocupar el centro de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en la Ciudad de México.
Las madres se habían reunido con la titular de la CNDH, Rosario Piedra Ibarra en búsqueda de justicia, pero según un reportaje en Desinformémonos, la reunión se realizó en vano. Antes de declarar su intención de llamar a una toma nacional de todas las sedes estatales de la CNDH, las madres anunciaron que “Ni un minuto nos ha atendido la titular de este organismo…” Llegaron grupos y colectivos feministas que ocuparon las oficinas ubicadas en la calle República de Cuba 60 en el Centro Histórico de la Ciudad de México, donde establecieron un centro de acopio para recibir víveres, ropa, agua y útiles escolares.
Radio Zapatista reporta que
“En la toma hay mujeres de todas edades, niños y algunos hombres familiares de las mujeres de tercera edad. Al llegar no podían creer la alacena con la que cuenta la CNDH: cortes finos, botes de helado, latas de chongos zamoranos, azúcar importada, verdura y fruta de gama alta. Alimentos que hace años los familiares (que también son víctimas) no habían probado por la limitación en gastos de transporte y seguimiento en búsqueda de justicia por su parte, gastando sus ahorros y el más importante, desgaste emocional…”
Entre las mujeres, se encuentra “Flor, artista callejera que apoya a la Colectiva Feminista y cada noche deleita la pupila con sus actos de fuego y malabarismo. Las mujeres no piden dinero, tampoco forman parte de ningún partido político. Les mataron, violaron y desaparecieron a sus hijas. Quieren justicia, la que se les ha sido negada por años”.
Uno de los grupos involucrado en la toma es el Bloque Negro, que habla desde la azotea del edificio. Nos informa uno de sus integrantes, Anda Lucha, que cuando once mujeres son asesinadas cada día y las protestas caen en oídos sordos, la gente tiende a tomar medidas más extremas. El 4 de septiembre, 2020, las madres, hermanas y amigas de las víctimas de violencia de género tomaron la CNDH en la ciudad de México para protestar la apatía para resolver los secuestros, asesinatos, abusos y desapariciones. Han mantenido la ocupa durante casi dos semanas y ahora las oficinas se llaman la Casa Refugio “Ni Una Menos”. Decenas de mujeres de todas las partes de México han llegado con una amplia gama de demandas.
Las tomas de los centros del CNDH, igual que marchas y otras protestas, se han hecho en más de diez estados del país, incluyendo Sonora, Chihuahua, Nayarit, Jalisco (Guadalajara), Yucatán, Michoacán, Veracruz, Aguascalientes, Puebla, Guerrero (Acapulco y Chilpancingo) y Oaxaca con arte rebelde en las paredes de los edificios tomados. La satanización de la lucha en la mayoría de los medios comerciales y la represión policiaca se destacan.
En Ecatepec, Estado de México, por ejemplo, las mujeres fueron golpeadas, rociadas con extintores, amenazadas y detenidas. Según un comunicado enviado por la Manada Periférica la policía detuvo 17 personas incluyendo 6 menores de edad. Algunas de las mujeres gritaron que los policías tenían sus placas cubiertas y que las estaban llevando en coches sin insignias. Según un artículo publicado en It’s Going Down:
“Las mujeres confirman que la toma del edificio de la CNDH en el Estado de México era una respuesta ‘a la falta de atención, compromiso y justicia del Estado para las victimas’ del feminicidio y violencia patriarcal que sigue ocurriendo. Como respuesta a la represión que ocurrió en la madrugada, un grupo de mujeres regresaron al edificio de la CNDH en la tarde y lo quemaron”.
Un grupo de mujeres, niñas, y abuelas de las comunidades indígenas NaSavi, Me ?pháá, Nahua, Ñamnkué, mestizas y Afro mexicanas del estado de Guerrero de parte de (CIPOG-EZ) visitaron la ocupa #NiUnaMenos en la antigua #CNDH para expresar su solidaridad y denunciar los feminicidios que ocurren en sus comunidades. Su comunicado:
«Queremos decirles a las mujeres que luchan en todo el mundo y a quienes desde hace algunos días decidieron tomar este edificio que supuestamente representa la defensa de los Derechos Humanos en este país que nosotras y nosotros como pueblos indígenas les tenemos un gran respeto a su lucha y que también sabemos lo que es ser ignoradas en nuestro dolor, lo que es ser asesinadas y desplazadas sin que importe, como si no fuéramos personas, como que no valemos. Si vivimos o morimos no importa, nadie ve, nadie oye, pueden pasar encima nuestro y seguir adelante. Nuestra pobreza, nuestra miseria, nuestra muerte solo representan a lo mucho, un estorbo para el llamado progreso capitalista. Compañeras ustedes son un gran ejemplo de que la vida si importa, y que es necesario hacer lo que se tenga que hacer, para defenderla. Ustedes son un ejemplo de que a pesar de que las mayorías digan lo contrario, es y siempre será nuestro deber señalar las injusticias y luchar por la vida.” #cni #zapatistas #indigena
El 15 de septiembre, cuando el Presidente de México y altos oficiales en otros estados suelen dar “el grito” para celebrar la Independencia de México, este año hubo varios anti-gritos o “antigritas” de “Ni una más, Ni una Más, Ni una asesinada más”, acompañadas por música.
Desinformémonos reporta que en la Okupa Casa Refugio «Ni Una Menos» en la Ciudad de México, las madres de víctimas de violencia machista y desaparición y los colectivos feministas que las acompañan también entonaron la «Canción sin miedo» de Vivir Quintana.