Comunidad otomí mantiene tomado instituto de gobierno en la Ciudad de México

Por Carolina Saldaña

En una atrevida acción realizada el pasado 12 de octubre, Día de la Resistencia Indígena, la comunidad otomí de Mezquititlán, Querétaro, ahora radicada en la Ciudad de México, tomó las instalaciones del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) para exigir sus derechos a vivienda digna, trabajo, educación y salud, para empezar. El INPI es la instancia gubernamental que alega tener como misión “impulsar una nueva relación entre el Estado mexicano y los pueblos indígenas y afro-mexicanos, basada en el reconocimiento, el respeto y el ejercicio efectivo de sus derechos fundamentales como sujetos de derecho público.” Sin embargo, a dos años del inicio del gobierno de la autodenominada 4T de Andrés Manuel López Obrador, la comunidad otomí acusa el Instituto de faltar ese reconocimiento y respeto.

Mientras más de 100 personas de la comunidad incluyendo alrededor de 30 niñas y niños irrumpieron en el instituto, sus partidarios colgaron mantas y carteles con imágenes de Emiliano Zapata y el ecologista asesinado, Samir Flores, y pintaron las paredes de la planta baja y primero piso con consignas como “528 años de despojo… NADA que celebrar” antes de realizar una conferencia de prensa, en la que las mujeres de la comunidad eran las voceras principales.

Un mes y medio después, la llamada “Toma del INPI” se mantiene, pero solo después de que los Otomís mostraron su hartazgo con los supuestos esfuerzos del gobierno para dialogar con ellos. El 24 de noviembre bloquearon la calle afuera del instituto y quemaron cientos de archivos irrelevantes.

Aunque los otomís sienten que las autoridades les han tratado con desprecio, aprecian el apoyo que han recibido en una serie de eventos públicos. De hecho, la toma se ha vuelto un centro de activismo en la ciudad donde se han realizado reuniones de información, trabajo y cultura—hasta presentaciones de libros y una emotiva visita de los damnificados del multifamiliar Tlalpan, quienes perdieron sus hogares en el terremoto de septiembre 2017. Como integrantes del Congreso Nacional Indígena (CNI) y el Consejo Indígena de Gobierno (CIG), los otomís siguen denunciando los recientes ataques contra el EZLN. Sus eventos suelen empezar con los puños en alto y la consigna gritada “Otomí Otomí. Ya chingamos al INPÍ!” Sus voceras declaran que no saldrán del instituto hasta que haya solución total a sus demandas.

Desde el principio, la postura de la comunidad otomí ha sido clara. En la conferencia de prensa del 12 de octubre, la vocera Maribela Mejía describió las condiciones en las que han vivido y exigió  una mesa de diálogo con Claudia Sheinbaum (jefa de gobierno de la Ciudad de México) y Adelfo Regino (titular del INPI). Dijo:

Hoy salimos a tomar el INPI. Hace un año salimos a hacer una marcha. Han pasado 528 años que los pueblos originarios no hemos sido tomados en cuenta. Cada vez que nosotros salimos o cada que tenemos reuniones con el gobierno, se supone que hay una solución para nosotros los pueblos. ¿Cuál es la solución? Seguimos en la calle. Seguimos durmiendo en la calle, viviendo en la calle, aguantando el frío, la lluvia. No tenemos techo. No tenemos vivienda. Ahora a lo mejor mucha gente voltea a vernos y pregunta ¿por qué esos revoltosos han salido a tomar el INPI?  Ellos no saben cómo nosotros vivimos. Ya estamos hartos. Decimos ¡Ya Basta! También hay hostigamiento de los paramilitares. Entonces nosotros hemos tomado la decisión de tomar esto y no lo vamos a deshabitar hasta que tengamos una mesa de diálogo con Claudia y con  Adelfo Regino, porque ellos tienen que darnos una respuesta sobre la cuestión de vivienda. Entonces hemos tomado la decisión de quedarnos aquí a vivir en este espacio el tiempo que sea necesario…No nos gusta este espació pero queremos un espacio nuestro y exigimos luz y agua y educación, respeto a la mujer, a los niños y los jóvenes, a nuestros adultos, que nos comprendan y que nos volteen a ver los del mal gobierno, esa cuarta transformación que para mí, solo nos ven para desaparecernos, para matarnos, es lo que está pasando. Están matando a muchos defensores,  están eliminando a gente como Samir porque saben que tienen la razón. Pues aquí estamos. ¡Zapata vive! ¡La lucha Sigue!

Por su parte, Isabel Valencia denunció cómo los otomís están luchando por vivienda y por cuidar la Madre Tierra, pero el gobierno les está despojando de sus tierras. Denunció que el gobierno invierte su dinero en sus megaproyectos de muerte, como el Tren Maya, pero cuando los pueblos piden ser escuchados, el gobierno los humilla. En una reunión les quita sus celulares diciéndoles que no pueden grabar. Dijo:

Nos están despojando de nuestras tierras con muchas mentiras. Y No queremos los megaproyectos de muerte porque nos están matando a nuestra Madre Tierra, y nosotros estamos luchando por nuestra Madre Tierra, por vivir, por tener algo bueno de nuestros cerros. Qué no los destruyan porque al destruir cerros, árboles, nos están matando junto con nuestra Madre Tierra.

También participó Sarah Hernández, otomí de la comunidad de Santiago Mexquititlán, comunidad en Querétaro, de donde gran parte de los otomís de la Ciudad de México han sido desplazados. Contó cómo ella y Estela Hernández han sufrido persecución política, represión y están amenazadas de muerte. Afirmó por ello que no confían en ninguna institución. Contó que en Santiago Mexquititlán también están en un proceso fuerte de lucha y de resistencia. Dijo:

Hay un proyecto con que quieren gentrificar a Santiago Mexquititlán, hacerlo un lugar para turistas, pero ese proyecto amenaza con destruir el templo comunitario, que es el origen de la comunidad de Santiago. Las grandes empresas entran y talan los bosques, pero si ellos o ellas de ahí suben por leña al monte, los golpean; lo mismo con el agua, ellos no tienen agua pero ven bajar de los montes pipas llenas. Empiezan a sonar rumores de que hay interés en desaparecer el panteón comunitario y poner hoteles de lujo en esas tierras. La esperanza es la autonomía de los pueblos.

Después Filiberto Margarito leyó un comunicado de la comunidad otomí residente en la Ciudad de México. Dijo: “El INPI es un elefante blanco que está al servicio de las empresas trasnacionales que despojan a los pueblos de sus territorios”.  Leyó:

La toma del INPI se decidió en asamblea. Los integrantes de la comunidad exigen el fin del hostigamiento y los ataques en contra de las comunidades zapatistas y denuncian la guerra contrainsurgente y los megaproyectos de muerte, incluyendo el Proyecto Integral Morelos, el aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya y el Corredor Interoceánico. Llaman a tomar un espacio de encuentro para todas las resistencias. Durante 20 años su reclamo ha sido acceso a una vivienda digna. Han vivido hacinados, sin servicios básicos y entre escombros en cuatro predios abandonados de la Ciudad ubicados en la calle de Zacatecas 74 y Guanajuato 200 en la Colonia Roma, Avenida Zaragoza 1434 por Pantitlán, y Roma 18 en la Juárez. Este último fue abandonado desde el terremoto de 1985, pero el de 2017 lo volvió inhabitable y los expulsó a montar un campamento en plena calle, que el año pasado fue desalojado sin que se cumpliera la eterna promesa de regularizar su situación. Exigen la expropiación de los predios de Guanajuato 200, Zacatecas 74 y Zaragoza 1434, más la dotación de 80 viviendas para la comunidad de Roma 18, una plaza artesanal para la comunidad otomí, servicios de salud, respeto para el trabajo de las mujeres y su autonomía, y educación garantizada para los distintos niveles de la comunidad.

Cuestionados sobre si hay mejoría o no con el gobierno de la 4T, las voceras contestan que ahora la situación está peor que nunca. Dejo Maricela Mejía:

Peña era un ladrón y hubo la desaparición de estudiantes, de Ayotzinapa, lo sabemos y lo señalamos. Pero realmente cuando entra López Obrador, que se declaró de izquierda, yo digo que no es mi presidente. No voté por él. Recibió el bastón de mando no por mi comunidad, no fue por mi pueblo, porque cuando Morena entra, ni al año que entran mandan a reprimir a Roma 18. Entonces ahí vimos la imposición del gobierno. Nosotros ya vimos cómo era eso de la Cuarta Transformación (4T), eso de que primero los pobres, sí: los primeros golpeados, primeros en los saqueos.

Respaldo del Congreso Nacional Indígena

El sábado 17 de octubre, integrantes del Consejo Indígena de Gobierno (CIG) del Congreso Nacional Indígena (CNI) llegaron a las oficinas del INPI para apoyar las demandas de la toma. La vocera del CNI, María de Jesús Patricio, Marichuy, aconsejó a la comunidad:

Los pueblos somos pacientes, podemos esperar porque ya tenemos muchos años. Pero llega un momento en el que esa paciencia se acaba y ustedes hoy lo han demostrado. Yo he escuchado que ustedes hicieron de todo lo que pudieron para que fueran vistos, fueran escuchados y no les hicieron caso. Por eso digo que si están aquí es algo justo, es necesario que cada vez esos lazos de unidad sean más fuertes para que no nos acaben. Ánimo compañeras y compañeros, y vamos a seguir presentes desde donde estemos porque esta lucha es una lucha para todos y todas.

Condiciones para entablar un diálogo

A pesar de algunas amenazas de desalojo, esto nunca ocurrió. El 3 de noviembre, a 21 días de haber tomado el INPI, la comunidad otomí estableció las condiciones para que se entabla una mesa de diálogo con las autoridades capitalinas e institucionales, incluyendo las siguientes:

-La mesa de diálogo se lleve a cabo en el INPI.

-Que en todo momento esté presente el titular del INPI, Adelfo Regino, el secretario de gobierno, Alfonso Suárez del Real, y la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum. En caso de que las autoridades como Adelfo Regino y/o Claudia Sheinbaum no acudan a la mesa de diálogo, ésta no se llevará a cabo hasta que no estén presentes.

-Las autoridades locales y federales no pueden aplicar “acción penal alguna” contra quienes integran la toma y las organizaciones que los acompañan.

-Los acuerdos a los que llegue la mesa de diálogo deberán ser publicados.

-Ante las propuestas que surjan, las partes tienen derecho a analizar, consultar y decidir al respecto.

La lucha va más allá de la exigencia de vivienda digna e involucra el respeto a los derechos indígenas de todos los pueblos. Poco a poco las demandas se han ampliado para incluir justicia, cultura, democracia, libertad, respeto a sus formas organizativas, un alto a los ataques en contra del EZLN, cancelación de los megaproyectos y la libertad de los presos políticos.

Reuniones con el gobierno

En una primera reunión con el gobierno el 10 de noviembre, los otomís detallaron  los agravios, racismo y discriminación, abusos policiales, detenciones arbitrarias, así como engaños e indolencia de las autoridades durante sus 25 años de estar en la Ciudad de México.

Magdalena Gomez reportó que “también expresaron una fuerte crítica al titular del INPI por el abandono de una trayectoria política independiente, que se inició con la participación en los diálogos de San Andrés Larráinzar…Él participó en la creación del Congreso Nacional Indígena, incluso el 28 de marzo de 2001 el EZLN lo invitó a la sesión de San Lázaro. Le recordaron su discurso en ese recinto en favor de los derechos de los pueblos indígenas”.

En la reunión el titular Adelfo Regino expresó su voluntad de abrir un diálogo. José Alfonso Suárez del Real, secretario de Gobierno y representante de la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum afirmó que existe la disposición de resolver la situación de los predios que demandan en las colonias Juárez y Roma.

Adelfo Regino  ofreció disculpas por “no haber procedido con atención para dar salida a sus peticiones y porque, de acuerdo con las denuncias de la comunidad, se ha usado la fuerza”.

Aunque algunos participantes comentaron que una disculpa se queda muy corto de lo que hace falta por parte del titular, la comunidad propuso la instalación de una mesa de diálogo la siguiente semana en las oficinas de la toma del INPI.

Hasta la fecha se han realizado tres reuniones, pero la comunidad siente desprecio por parte del gobierno y una falta de soluciones a sus demandas. Dijo Filiberto Margarito que “Adelfo cambió de lado. Hace años era de nosotros pero ya no. En las reuniones ni siquiera nos mira. Agacha su cabeza y murmura, viendo el suelo”.

Maribela Mejía ha insistido en la participación de Claudia Sheinbaum en las reuniones. Y si ella no aparece, tendremos que tomar otras medidas, dijo.

Para una cuarta reunión, Adelfo Regino no apareció, tampoco Sheinbaum. Es cuando la comunidad tomó la decisión de desalojar el primer piso del INPI, quemar los archivos y dejar espacio para seguir viviendo en el edificio.

Encuentros y Conversatorios

Durante el mes de noviembre se ha celebrado una serie de eventos públicos en la Toma del INPI para profundizar en la lucha de los otomís y otros pueblos indígenas y para impulsar y coordinar luchas solidarias.

El Encuentro de Resistencias y Rebeldías. El 7 de noviembre de 2020 la Coordinación Metropolitana Anticapitalista y Antipatriarcal organizó este encuentro para reconocer la importancia de la Toma de INPI en un contexto de despojo, racismo y explotación.

En nuestro país… las mismas políticas asistenciales y clientelares se reproducen, y sirve de parapeto justificando consultas a modo para imponer proyectos y megaproyectos que sólo benefician al gran capital. La toma de las instalaciones del INPI por parte de la comunidad otomí residente en la ciudad de México, es un YA BASTA a la violación sistemática de sus derechos elementales, siendo este un ejemplo de dignidad que ha permitido denunciar las condiciones en las que viven los pueblos indígenas en las ciudades, permitiendo asimismo que otras resistencias hagan resonar su voz y evidenciar que como pueblos originarios son víctimas de políticas solo ven en ellos sujetos de caridad.

Con la participación de decenas de organizaciones y colectivas comunitarias de trabajo en el campo y la ciudad, arte, educación, salud, transportación y alimentación, entre otras cosas, la discusión se hizo según estos lineamientos:

  1. Cómo nos organizamos y luchamos contra el sistema capitalista desde los pueblos y comunidades originarias, desde el campo y la ciudad
  2. Cómo vinculamos y organizamos nuestras luchas desde abajo y a la izquierda, desde nuestras demandas particulares, locales y generales para seguir avanzando
  3. Cómo desarrolar un Plan de Acción

Conversatorio: ¿Qué significa la toma del INPI en la 4T?

Ante la negación de los gobiernos a aceptar las demandas de la comunidad otomí postuladas durante un mes, se realizó un conversatorio el 14 de noviembre de 2020 entre personas invitadas a compartir sus puntos de vista, valoraciones y propuestas sobre el significado de la Toma del INPI en la 4T.

Carlos Gonzáles García, integrante de la Coordinación General del CNI-CIG, identificó tres implicaciones de la Toma: 1. La continuación de la política “indigenista” del Instituto al asimilar al desarrollo capitalista la destrucción de los pueblos. 2.  La manera enérgica de la decisión, con rabia, de entrar la comunidad otomí para exigir atención a las demandas de vivienda y trabajo. 3. El contexto grave del despojo y prácticas extractoras del Tren Maya y otros megaproyectos neoliberales que representan la continuación de un México subordinado a Estados Unidos y Canadá.

Magdalena Gómez, maestra de la UPN y articulista del periódico La Jornada, resaltó la resistencia actual en la Toma del INPI a la falta de respeto histórica de los derechos indígenas. Insistió en que el hábito de referirse a los indígenas que viven en las ciudades como “migrantes” les quita su identidad de pueblos originarios con derechos. También cuestionó la centralidad de Adelfo Regino en el proceso de diálogo. ¿Qué es lo que él ofrece? pregunta.

Gilberto López y Rivas, profesor de Antropología y articulista del periódico La Jornada habló de la continuidad del neo-indigenismo en la 4T aunque esto ya había fracasado desde hace décadas. En esta política los sujetos son víctimas que reciben limosnas y el  INPI una especie de Ministerio de Colonias Internas. La Toma del INPI, explicó, desenmascara a autoridades que ni siquiera reconocen una acción autónoma que enfatiza los derechos indígenas –autoridades que carecen de una verdadera voluntad de resolver una gran crisis social e histórica.

Marisela Mejía declaró que cuando los otomís llegaron al INPI, se preguntaron entre sí: ¿Cómo vivirán los de arriba? Quedaron asombrados al encontrar en el edificio varios objetos de lujo, indicaciones de una opulencia que jamás habían conocido. “Nosotros, por otro lado, ni siquiera tuvimos agua. En tiempos de COVID ¿cómo íbamos a lavarnos las manos?” La vocera también acusó a algunos agentes paramilitares de golpear a un hermano mientras “Adelfo no los freno”.  Afirmó que “de todo lo que nos han saqueado, es poco lo que estamos pidiendo”.

Luis Hernández Navarro, escritor y periodista de La Jornada, destacó que los 785,000 indígenas en la Ciudad de México son invisibilizados. Es el centro más grande de indígenas en el país y la ciudad tiene una enorme deuda con ellos por el trato que han recibido en una sociedad racista y discriminatoria. En particular, menciona una lección que hay que tomar de la experiencia del Movimiento Urbano Popular (MUP), en el cual muchos indígenas participaron. Sin embargo, fueron tratados como cualquier otro trabajador sin ser reconocidos como integrantes de pueblos indígenas con derechos que defender. La auto-determinación de los pueblos siempre se debe respetar, dijo el periodista.

Pedro Uc Be, escritor y poeta, integrante de la Asamblea de Defensores del Territorio MayaMúuch’ Xíibal, habló de la lucha del pueblo maya en la península Yucatán. “Estamos hablando de nuestros derechos”, enfatizó, “y no de ayudas o dinero para las dispensas”. Explicó que el Tren Maya no sólo es para facilitar grandes negocios, sino también para transportar el Ejército y, por eso, traer violencia. Nosotros luchamos contra este y otros megaproyectos. “Adelfo es un traidor”, dijo, al resaltar que es imposible contar con él después de que abandonó la lucha y empezó a trabajar para el gobierno. Él, junto con muchos otros oportunistas con puestos lucrativos no nos quiere ayudar. Nos quieren estrangular. Nos quieren desaparecer. “Seguimos adelante. Ofrecemos nuestra voz, palabra, y lucha”.

María de Jesús Patricio, MariChuy, la vocera del CNI-CIG, comparó la Toma del INPI con la sublevación de los Zapatistas en 1994. Ellos habían luchado durante muchos años de muchas maneras, igual que los compañeros otomís. Pero con una acción dramática, gente en todo el mundo volteó a verlos. Con la acción de la comunidad otomí, su lucha ahora es más visible y más escuchada. “Es un sacudir”, destacó. Vivimos en condiciones precarias. La toma nos dice que “tenemos que construir algo diferente”, articulando nuestras luchas y trabajando  juntos en las comunidades en las ciudades y en el campo, siempre desde abajo. .

Filiberto Margarito, representante de la comunidad indígena otomí residente en la CDMX, expuso que “durante mucho tiempo, autoridades como Claudia no nos ven, no nos respetan. Somos una comunidad indígena y no ‘un grupo de personas’. Siento que Adelfo nos desprecia. Ni siquiera nos mira. Con su cabeza abajo, él sólo ve al suelo cuando está hablando. Pero nosotros no nos vamos a ningún lugar. Vamos a estar aquí hasta que cumplan las demandas”.

Conmemoración del aniversario 37 del EZLN

El 17 de noviembre, a poco más de cinco semanas de la toma del INPI, la comunidad otomí conmemoró el 37 aniversario del surgimiento del EZLN y reclamó al gobierno “ya basta de tantas imposiciones”.

La compañera otomí Isabela Valencia dijo:

A 37 años de esa resistencia, de esa rebeldía, hoy la comunidad otomí está aquí en el INPI donde también decimos que tenemos esa rabia, tenemos que estar resistiendo siempre, tenemos que decirle al gobierno Ya Basta de tantas imposiciones. Nuestros hermanos Zapatistas desde hace 37 años promueven en lo que vienen haciendo, luchar por todos nosotros, luchar por todos los pueblos, luchar por la autonomía, luchar por ser libres. Andrés Manuel Lopez Obrador, cuando estaba en campaña, dijo: Voy a apoyar a los pueblos, y el día que yo no lo cumpla, que la nación me lo demande. Hoy los pueblos y la nación estamos aquí para exigirle su renuncia porque no son capaces de escucharnos. Lo único que pedimos es nuestra autonomía como pueblos originarios. Qué no nos quiten nuestra lengua. Qué no nos quiten nuestras aguas. Qué no nos quiten nuestros cerros. Hermanos y hermanas Zapatistas, donde quiera que estén, donde quiera que nos escuchen, hoy esa lucecita que un día nos dieron, que nos dijeron llévensela, conviértanla en rabia, conviértanla en coraje, defiende tu territorio, defiende tu tierra, defiende tu agua, defiende tus cerros, hoy les decimos esa lucecita sigue más viva que nunca, sigue prendida  más que nunca.

https://www.youtube.com/watch?v=onW8lpvJf5c

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