Uno de los fenómenos recurrentes en las Asambleas y acciones de la APPO es una fuerte tendencia anticomunista de varias de sus facciones. Esta situación, que se arrastra desde la fundación de la misma, se ha ido agravando con el paso del tiempo debido a los sucesos que se han ido concatenando.
La propia creación de la APPO tras los sucesos del 14 de junio de 2006 favoreció el culto al espontaneísmo al cual no pudieron hacer frente las organizaciones sociales existentes, a las que los acontecimientos de ese día, y todo los que siguieron en los sucesivos meses, las agarraron con el calzón en la mano por más que a posteriori alguna voz ahora quiera decir «ya lo intuíamos».
Si a ésto le sumamos que algunos colectivos llevaron el poso zapatista de asambleitis, digo de asamblearismo, y su inoperante discurso del «nadie representa a nadie» que tanto paraliza la toma de decisiones e imposibilita la formación de una dirección verdaderamente operativa, tenemos un difícil panorama. Por si fuera poco, tenemos que añadir la vergonzante actuación del Consejo Estatal de la APPO; el pueblo, con mucha astucia, desobedeció muchas de los acuerdos de sus «jefecitos» en momentos claves, lo que facilitó la prolongación de la resistencia.
Pero lo más grave es sin duda el papel y la responsabilidad de las organizaciones denominadas, a veces de forma abusiva, marxistas. Muy en particular, el Frente Popular Revolucionario, estructura tapadera del Partido Comunista de México (Marxista- Leninista), grupo que en su día fue proalbanés (lo que parecen querer olvidar a cualquier precio) y en la actualidad se reivindica como estalinista.
El FPR acumula ya una larga lista de «méritos» en Oaxaca: entrega la policía de militantes honestos, robo de fondos de la APPO, pactos en lo oscurito con los gobiernos estatal y federal, la traición de la firma de la tregua de los cien días que dio el respiro a Ulises Ruiz para facilitar su regreso y abrió la puerta a la represión de la PFP, etc. La existencia de este grupo provoca que algunos grafiteros contaminen las paredes de la ciudad e Oaxaca con pintas con la hoz y el martillo, el signo igual y la esvástica.
Frente al PCM(M-L) no hay otra organización marxista-leninista que le haga contrapeso, bien porque son minúsculas, bien porque practican un comunismo descafeinado ocultando una y otra vez sus dirigentes que (supuestamente, muy supuestamente) son marxistas. Es por ello que el pueblo percibe que los rojos son los traidores del FPR.
En medio de esta situación, pululan grupetos e individuos dizque anarquistas que aprovechando la actual coyuntura de la APPO están predicando con especial insistencia que es malo organizarse entre loas al espontaneísmo; no hacen más que el juego a URO, que una y otra vez intenta introducir en las comunidades la idea de que es malo adherirse a algún movimiento.
Con igual fuerza que denunciamos que el FPR es traidor, debemos acusar de contrarrevolucionarios a estas tendencias pseudoanarquistas que llaman a la desmovilización
Raúl Calvo Trenado
15 de marzo de 2009