Originalmente publicado en inglés por It’s Going Down
30 de mayo 2016
Por Scott Campbell
La última edición de Insumisión comenzó con la noticia del paro nacional de los maestros mexicanos y ahí es donde vamos a empezar . Han sido quince días intensos desde que la Coordinación Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) inició una huelga indefinida el 15 de mayo, sobre todo contra los planes del presidente de México, Enrique Peña Nieto, para imponer reformas neoliberales al sistema educativo del país.
Desde que fue seleccionado como presidente en 2012, Peña Nieto ha intentado privatizar y estandarizar el sistema educativo mexicano, junto con la imposición de políticas para quitarle poder del sindicato más grande de América Latina, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), y su facción disidente y más radical, la CNTE. En 2013, la CNTE movilizó su base para luchar en contra de reformas similares. Un artículo que escribí en ese momento da un poco de contexto a los acontecimientos que ocurren ahora, así como aclaran las distinciones entre el SNTE, la CNTE, y sus relaciones con el Estado.
El paro actual es más fuerte en la Ciudad de México, Oaxaca y Chiapas. El 15 de mayo, que es el Día del Maestro en México, 20,000 maestros marcharon a la Secretaría de Gobernación (SEGOB) en la Ciudad de México y cientos de ellos instalaron un plantón frente a sus puertas. Desde entonces, el sindicato y la policía federal han estado jugando un elaborado y a cámara lenta juego del gato y el ratón en la Ciudad de México. A las dos de la mañana el 20 de mayo, cientos de policías federales despertaron a los maestros, exigiendo que se fueran. Superados en número, los maestros trasladaron su plantón a la Plaza de Santo Domingo, donde un día más tarde la policía se presentó de nuevo a las dos de la mañana, esta vez con los camiones, y notificaron a los maestros que muchos de ellos tenían órdenes de aprehensión en su contra, «invitándoles» a quitar su plantón y conseguir el autobús con el nombre de su estado para ser trasladado a casa. Los maestros dijeron «gracias, pero no gracias» al ride y en su lugar se trasladaron el plantón a la Plaza Ciudadela, y después de un día de regreso a la SEGOB, y después de nuevo a Ciudadela, donde se encuentra actualmente.
Por el momento, el conflicto está en un patrón de espera, con cada lado permaneciendo firmemente atrincherado en sus posiciones mientras hacen muestras limitadas de su fuerza, con la esperanza de que con el tiempo el oponente parpadeará primero. La CNTE opera bajo el marco de que en algún momento tendrá que negociar con el estado, si no durante esta huelga entonces después, en los próximos años, y quiere asegurarse que se mantiene la suficiente influencia y respetabilidad para hacerlo con eficacia. Por su parte, el gobierno está consciente de que tiene la capacidad militar para eliminar físicamente a los profesores de los espacios públicos, también de que está bajo un mayor escrutinio internacional y nacional desde las desapariciones de Ayotzinapa y la condena universal de su investigación de ese acto del terrorismo del estado. Y hace diez años, cuando un gobierno estatal intentó aplastar una huelga de maestros, lo chispeó a un levantamiento de cinco meses conocido como la Comuna de Oaxaca. Las consecuencias de conducir una operación de varios estados a lo largo de esas mismas líneas es más de lo que el gobierno está dispuesto a arriesgar en esta etapa. (Para una mirada retrospectiva a la Comuna de Oaxaca y una excelente entrevista con un profesor sorprendente de Oaxaca, echa un vistazo al último episodio de subMedia.) Eso podría cambiar rápidamente, sin embargo, como las únicas negociaciones que el estado mexicano sabe cómo dirigir, en particular el gobierno de Peña Nieto, es a través del cañón de un arma – una realidad que examiné en un artículo en febrero.
En lugar de una confrontación directa (con la excepción de Chiapas), el estado se ha negado a reunirse con los profesores. El Secretario de Gobernación y el Secretario de Educación Pública dicen que no hay nada que discutir, mientras Peña Nieto dijo que está dispuesto a sentarse para las negociaciones sólo después de que los maestros acepten la reforma educativa. El gobierno ha congelado las cuentas bancarias de la CNTE, lo que significa que los maestros no se les paga y que sus préstamos, que muchos profesores adquieren a través del sindicato, no se están procesando o desembolsando. Aurelio Nuño, el Secretario de Educación Pública, anunció que cualquier maestro que faltan tres días enseguidas de trabajo será despedido, y hasta ahora ha anunciado el despido de 3,119 maestros de Oaxaca, Guerrero y Michoacán. Junto con los acosos y amenazas a los maestros en la Ciudad de México, la policía también ha estado bloqueando y regresando a los camiones de los maestros que intentan entrar a la ciudad para unirse a sus compañeros. En Chiapas, las marchas de los maestros el 19 de mayo y el 25 de mayo fueron atacados por la policía que dispararon balas de goma y gas lacrimógeno por tierra y también desde helicópteros.
Mientras que el estado tiene las armas, los maestros tienen los números, y los han estado usando. Marchas masivas se han celebrado en la Ciudad de México, Oaxaca y Chiapas. Tras la represión del 19 de mayo, así como la represión a principios de abril, 200,000 salieron a protestar en Chiapas el 23 de mayo. Esto fue seguido por una megamarcha en Tuxtla Gutiérrez el 27 de mayo, coincidiendo con marchas en 30 municipios. Durante la marcha en Tuxtla Gutiérrez, los maestros brevemente tomaron ocho medios de comunicación, tomando al aire para comunicarse directamente con el pueblo. Además, comités de padres de 82 de los 122 municipios en Chiapas anunciaron que se están uniendo fuerzas con los maestros. Esto se suma a los padres en 60 municipios que la semana pasada se comprometieron a clausurar cualquier escuela que intenta abrir con los esquiroles. Cuando se inició la huelga, un portavoz de la CNTE en Chiapas prometió que por cada maestro detenido, el sindicato detendría a un funcionario público y los mantendrían en el zócalo de Tuxtla Gutiérrez. Ocho manifestantes fueron detenidos durante los enfrentamientos el 25 de mayo y acusados de una larga lista de delitos graves sólo para ser puesto en libertad con rapidez antes de las marchas del 27 de mayo.
En Oaxaca, el gobernador Gabino Cué dijo que tenía cientos de policías en la lista para desalojar cualquier bloqueo o plantón instalado por los profesores. La CNTE se instalaron uno de todos modos, llamando al blofeo de Cué (por ahora). El 27 de mayo, bloquearon acceso al aeropuerto internacional del estado durante ocho horas, así como la carretera que conecta la ciudad de Oaxaca con el destino turístico de Puerto Escondido. Después de que la policía federal se presentaron en el aeropuerto y les ordenaron dispersarse, un grupo de maestros logró colarse para atrás de a las líneas policiacas y rodearon a un transporte lleno de refuerzos policiales. Los maestros se negaron a dejarlos ir hasta que la policía se retiró. Mientras, el presidente de la CNTE en Oaxaca, Rubén Núñez, advirtió al gobernador que «si no hay diálogo, no habrá elecciones.» Las elecciones están programadas para el 5 de junio.
Una clave para el éxito del paro no sólo será la capacidad de la CNTE para mantener su impulso, sino para ampliar su base de apoyo. A pesar de la fidelidad absoluta de los medios de comunicación al estado mexicano y su narrativa, la CNTE ha sido capaz de hacer eso. En parte, esto se debe al hecho de que las demandas de la CNTE se extienden más allá de los salarios y las reformas y abarcan asuntos sociales, económicos y políticos más amplios, como la liberación de todos los presos políticos y de conciencia, una mayor inversión en la educación, verdad y justicia para Ayotzinapa, y en contra de las reformas neoliberales en general. La huelga se ha extendido desde Oaxaca, Chiapas y la Ciudad de México hasta Guerrero, Veracruz, Estado de México y Michoacán. Al igual que en Chiapas, el viernes 300 representantes de las organizaciones de padres salieron en apoyo al paro de magisterio en Guerrero. Conmemorando los 20 meses desde la desaparición de sus hijos, las familias de los estudiantes de Ayotzinapa marcharon en apoyo a los maestros en la Ciudad de México el 26 de mayo. El 27 de mayo, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) de Atenco anunció su respaldo de la huelga. Mientras el 16 de mayo, los estudiantes de la Universidad Autónoma Chapingo en Texcoco, Estado de México, tomaron algunos autobuses y camiones con remolque y bloquearon una carretera principal en apoyo de la huelga, la lucha estudiantil en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), y en contra de la reciente incursión de cientos de policías en Atenco para facilitar la construcción de un nuevo aeropuerto internacional. Incluso el Consejo Universitario de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México proclamó que todos los maestros en huelga se les otorgará el estatus de Visitante Distinguido en caso de que visite la escuela.
En cuanto a lo que viene próximamente, los maestros han prometido más protestas y movilizaciones, incluyendo un plan para marchar hacia el aeropuerto internacional de la Ciudad de México el viernes, el 3 de junio, El estado probablemente va a mantenerse a distancia de cualquier acción en contra de los maestros hasta después de las elecciones el 5 de junio. En cualquier caso, hasta una pequeña chispa podría elevar a una situación ya tensa a otro nivel.
Mientras que la mayor parte de esta edición se ha centrado en la huelga, hay, por supuesto, mucho más que está sucediendo en México, algunos asuntos de los cuales voy a cubrir brevemente aquí. México perdió su sexto periodista del año cuando Manuel Torres fue asesinado en su casa en Veracruz el 14 de mayo. Torres es el decimoctavo periodista asesinado en Veracruz durante el gobierno de Javier Duarte. También en Veracruz, estudiantes y empleados de la Universidad Veracruzana están considerando una huelga general para obligar al régimen de Duarte a pagar los 2,500 millones de pesos que adeuda la escuela. Del 18-30 de mayo vieron eventos a nivel nacional como parte de la Semana Internacional de Detenidos-Desaparecidos. Ayer, en Toluca, Estado de México, el Fuego de la Digna Resistencia celebró el Primer Encuentro Popular contra la Ley Eruviel – la legislación recientemente aprobada que permite a la policía del Estado de México utilizar munición real contra los encuentros y protestas. Y por todos lados en México, 215 comunidades de 17 estados han firmado la Campaña Nacional en Defensa de la Madre Tierra y Territorio. Una de esas comunidades es Coyotepec, en el Estado de México, que durante años ha administrado de forma autónoma su suministro de agua y opuso a los intentos de privatización de la misma. La semana pasada, seis de sus miembros fueron detenidos y la comunidad fue sitiada por 600 granaderos. En respuesta, miles salieron a exigir su liberación y la salida de la policía. Un día después, la policía se fue, pero los seis permanecen en custodia del estado.
En el sur de México, las comunidades indígenas siguen siendo atacados y siguen resistiendo. La comunidad Júba Waijín en Guerrero obtuvo una victoria cuando los tribunales bloquearon dos proyectos mineros. Después de haber sido desplazados de su tierra recuperada por la policía y los paramilitares en Chiapas, la comunidad autónoma de San Isidro Los Laureles no se rinde. Mientras tanto, en Oaxaca, la comunidad autónoma de Eloxochitlán de Flores Magón se movilizaron para exigir la liberación de sus once presos políticos. También en Oaxaca, los zapatistas y el Congreso Nacional Indígena emitió un comunicado denunciando el ataque de la policía a la comunidad autónoma de Álvaro Obregón. Un agente de la policía municipal murió después de que la policía comunitaria intervinieron para defender a los miembros de la comunidad bajo ataque, dejando a muchos a temer un intento por parte del gobierno para aplastar todo el proyecto autónomo.
Por último, en memoria del anarquista chileno Mauricio Morales, vehículos pertenecientes al Instituto Nacional de Migración fueron incendiados en Cancún y un centro social ocupado con el nombre de Mauricio abrió sus puertas en Tijuana.