Los habitantes de este pequeño pueblo en el sur de México llevan años denunciando los efectos ambientales de uno de los proyectos mineros más grandes de Oaxaca.
"Ya estamos cansados de los partidistas. Creímos en ellos, pero nos dimos cuenta a tiempo de que votamos por nuestra propia destrucción."
Una red de diversas comunidades ribereñas en México ha logrado detener la construcción de una mega represa. Ahora, se están organizando para revitalizar su cultura y para fortalecer su autogestión de los recursos naturales.
Iniciamos la reconstrucción de un amplio y plural movimiento y de una intensa campaña global denominada "El Istmo Es Nuestro".
El 6 de mayo de 2009, 3 mil 500 elementos de policía federal y estatal ocuparon el territorio del municipio de San José del Progreso y entregaron la plata y el oro a la empresa minera canadiense Fortuna Silver Mines.